Calcetines:
No hay mejor forma de decir “me importa poco tu amistad” que regalar un par de calcetines como si de un reloj de oro se tratara. Este es el regalo más cómodo que denota una completa falta de interés por la persona a la que se lo regalas. Evita los calcetines y de hecho, cualquier tipo de ropa a menos que conozcas mucho el estilo de quien visitas y sepas que le encantará, además las tallas son todo un rollo.
¿A quién le hace falta un cupido cutre para adornar el salón? Por favor, los figurines están pasados de moda, se llenan de polvo y a menos que seas decoradora de interiores, suelen desentonar con el resto de objetos en el hogar ¡No lo hagas!
Gracias por preocuparte de mi psiquis mental, pero hace falta estar mal de la cabeza para dar este tipo de regalos así que mejor quédatelo tú. Un libro de autoayuda puede ser ofensivo y hasta metiche. A menos que tengas mucha confianza con la persona, queda muy mal hacer este tipo de obsequios.
Que bien podrían ser llamados repelentes humanos. Esos perfumes que encuentras por menos de 5€ y que por su olor deben estar hechos en alguna fábrica de desechos tóxicos. Regalar estos perfumes es una ofensa y para llegar con ellos mejor tener las manos vacías.