Lo primero, ¿seguro que no te sirve para nada más? Si la respuesta es no, piensa en si le puede servir a alguien cercano. Siempre debemos tratar de no desperdiciar nada, y menos si se trata de productos que pueden resultar tóxicos.
Si no has encontrado a nadie que necesite lo que a ti te ha sobrado, lo que primero debes hacer es mirar bien el bote y asegurarte de que no tiene ningún símbolo de peligrosidad o advierte de la presencia de productos tóxicos en su composición.
Si el bote está vacío o prácticamente, y no contiene ningún producto tóxico, añade un poco de serrín para secar por completo el interior y después envuelve en papel de periódico y por separado la tapa y el bote, para proceder después a tirarlo al contenedor.
Si contiene productos tóxicos, lo mejor es que te acerques al punto limpio. Esta opción también se recomienda aunque la composición de la pintura no contenga productos peligrosos.
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